miércoles, 30 de julio de 2008

Confesiones

Seguramente mi historia no le guste ¿Por qué habría de hacerlo?, no despierto interés, todo lo contrario, la mayoría de gente reniega de mi, prefieren obviar que existo. Como si les asustara que, al nombrarme, pueda hacer acto de presencia, así, como por arte de magia. Y yo seré muchas cosas pero mágica…más bien no. Y sí, es cierto que a veces me presento en los sitios sin avisar, pero son las menos. Normalmente envío advertencias antes de ir, ¿es culpa mía que no las escuchen? Y así pasa luego, que cuando llego, sólo saben maldecirme, y quejarse de que he aparecido en el peor momento. Ingratos. ¿Acaso piensan que voy cuando quiero? ¿Qué me aburro y digo: "Voy a ver a fulanito...?, no, las cosas no funcionan así.
Ya quisiera poder alejarme de todo esto durante un tiempo, ójala para siempre. ¿Acaso ninguno de ellos tiene un trabajo que no le gusta pero que no puede dejar? Pues en mi caso es lo mismo; ellos tienen la obligación que da el dinero, yo, la obligación moral. No creo que sea necesario entrar a discutir cuál es más importante. Y si usted se lo está planteando déjeme decirle que tiene un problema, un grave problema.
¿Le sorprende que no me guste lo que hago? ¿Me tomaba por un monstruo? pues ya ve que se equivocaba. Tranquilo, no se avergüence, no es el único que me juzga, todos lo hacen, sin pararse a pensar qué siento yo, qué me rodea. ¿Ah, también eso le sorprende? Entiendo, a sus ojos no tengo sentimientos. Claro. Están ustedes tan preocupados de si mismos que son incapaces de ver el dolor ajeno. La mayoría es incapaz de ver más allá de sus narices.
Sin duda ha visto usted imágenes de guerra por la televisión. Es difícil no hacerlo, en cada rincón del planeta hay una conocida y cincuenta, o más, desconocidas. Otra ironía...hay guerras de las que se habla a diario y otras que permanecen en el olvido. ¿Quién decide la importancia de una guerra u otra? siempre me lo he preguntado. En fin. Cuando usted ve las imágenes de las víctimas siente lástima por ellas ¿no es cierto? Pero ¿y por los que disparan? ¿no? Ya, sin duda les gusta disparar, matar a hombres que podrían ser sus hermanos, niños que se parecen tanto a sus hijos que les hace enloquecer. Créame sé de lo que hablo. Eso sí es un verdadero infierno. Pero en ese tipo de dolor no se paran a pensar. Siempre es más fácil sentir pena por un rostro lloroso, que por un alma atormentada. Al fin y al cabo ésta no se ve, o no se quiere ver
¿Que vuelva a hablarle de mi? ¿Qué cree que estoy haciendo? Pensaba que a estas alturas ya habría entendido que no puedo contarle de mí sin incluir a los demás. No soy nada sin ellos y ellos tampoco sin mí, aunque les cueste creerlo. Les necesito y me necesitan. Pero ya ve, yo les quiero, ellos no, esa es la diferencia. ¿Se ríe? ¿Duda que les quiera? pues no lo haga. No se imagina que duro es, lo que sufro cuando, según me acerco, veo sus caras de temor, cuando escucho sus ruegos de que me marche. Menos los niños...Ellos no, ellos me reciben con esa inocencia tan suya, con esa generosidad. Necesitan que les abracen y les da igual quien lo haga. Bueno, prefieren que lo haga su madre, su padre, y no se puede imaginar como envidio esa corriente que fluye entre ellos. Ese amor que les rodea como una capa protectora que deslumbra. Yo nunca tendré nada así, nadie me abraza con amor, con cariño, por eso cuando los niños lo hacen, por pura necesidad, cuando siento sus brazos rodeándome, sus cuerpos dándome calor...me desarmo. Hasta que los gritos de sus padres me devuelven a la fría realidad. Es en esos momentos cuando más maldigo ser lo que soy, aunque a la vez ello me permite abrazarles...Como ve, otra ironía. Ya me lo dijo una vez un conocido escritor "La vida es pura ironía". Por cierto, él fue uno de los que se alegró de verme. Sí, también los hay, ya ve. Hay algunos que han llegado a entenderme, a buscar mi compañía, sabiendo que doy remedio a todo. Algunos de ellos le contarán que fui lo mejor que les pudo pasar, que no me imaginaron así. Les pasa a la mayoría, se sorprenden cuando me conocen de verdad. Cuando dejan atrás mi fachada y ven lo que de verdad soy. ¿Por qué no lo cuento? ¿Pretende que vaya por las calles contando mi verdad? Bueno, eso mismo hizo Jesucristo y mire lo que consiguió, que le crucificaran, y no hablo sólo de la cruz. ¿Que mucha gente aun sigue sus enseñanzas? Si pudiera me encantaría discutir ese tema con usted, pero el tiempo es breve, y me esperan. Mejor dicho, nos esperan. Por el camino, si quiere, le contare porqué las religiones deberían replantearse muchas cosas, nunca han entendido el mensaje que él intentó dar.Si entendieran la Verdad no me huirían, sabrían que soy el siguiente paso. Venga, debemos irnos, pero seguiremos hablando, no lo dude. De otra forma, pero lo haremos. Le gustará, se lo prometo, todos llegan asustados y al verlo se maravillan. Aquello es diferente, nada de lo que le hayan contado se le asemeja. Le dejo un momento solo, por si quiere despedirse. Hágalo, los que se quedan lo agradecen. Lo sé, a veces regreso a mirarles. Sea breve, tengo mucho que hacer, me esperan en mil sitios. Ya sabe, la Muerte no descansa

LA DAMA TITAYÚ. UNA MUJER ÍBERA


LA DAMA de Elche siempre a levantado pasiones, desde su descubrimiento en 1897 hasta nuestros días (sólo hace falta ver la que se montó en el diario digital de la provincia de Alicante cuando la directora del MAN dijo que LA DAMA no volvería a Elche). Estos comentarios, la mayoría desaforados y totalmente vacíos de lógica y contenido constructivo me hicieron recordar que hace tiempo me regalaron un libro, una novela sobre la época más brillante de nuestra historia y, personalmente, hacia la que tengo especial cariño y pasión: La cultura Ibera.
Esta novela la empecé a leer hace tiempo, creo que la día siguiente de recibirla, pero por unas cosas o por otras, la tuve que dejar. La retomé, desde el principio, otra vez y la tuve que abandonar de nuevo. Volví a la carga una tercera y, aunque tuve que comenzar desde la página 1, esta vez lo conseguí.
Tal vez sea por mi historia de “te dejo, te tomo”, que no le he sacado todo el jugo a cómo está estructurada, a cómo enfoca la presentación de los personajes, pues cada capítulo está dedicado a uno de ellos y a lo que le pasa, su evolución desde que eran niños hasta el final, ya adultos. Me ha costado seguir, en algún momento el hilo de los pensamientos que cada uno tiene, pero aparte de eso, creo que es una de las mejores novelas históricas. Evidentemente tiene alguna que otra licencia literaria en detrimento de la historia (normal, carallo, es una novela!!), pero está muy bien documentada, muy bien ambientada y no es difícil meterse en la piel de los íberos de antaño.

La primera vez que visité L´Alcudia (donde se encontró LA DAMA) y llegué hasta el lugar en el que, aquel 4 de agosto de hace más de 110 años, un chiquillo se topo con una “piedra vieja”, me senté lo más cerca que pude del lugar y lancé mis pensamientos al aire, verdad? ;). Pensaba en cómo serían aquellas manos duras y callosas (sin duda) que dieron el primer golpe de cincel a un bloque de piedra y con ello abrió la puerta a una de las esculturas más bellas que la mano del hombre pudo crear. Pensaba e imaginaba al escultor frente a su obra, trabajando, dando forma día a día, a todos los detalles de los ropajes, las diademas, los mantos, los ojos, labios, pómulos…. En qué pensaría, que pasaría por su mente, por su ánimo al ver el rostro que la piedra le dejaba ver poco a poco. Intenté imaginar el momento del último golpe, cuando el artesano se retiró ligeramente para admirar aquello que estaba en su banco de trabajo y, dándole un poco más de romanticismo a la escena, imaginé que una lágrima resbaló por su rostro, sudado y sucio de polvo de roca. También me dejé llevar al momento en que la figura, sin duda de gran importancia para las gentes del lugar que la vio nacer, fue ocultada, para que no cayera en manos enemigas que la pudieran mancillar, cómo la protegieron con la arena de playa y cómo se alejaron del lugar, sabiendo que estaba a salvo de manos impías…. Y cuando leí el libro, todos estos pensamientos de repente tuvieron forma, tuvieron vida, tuvieron personajes en los que sustentarse. Ya no eran meras fantasías mías. La autora había me había puesto en bandeja caras, rostros y sentimientos (o, por lo menos, cómo pudiera haber sido). Sólo una cosa eché en falta, bueno, en realidad dos: La rapidez con que describe el proceso en el que se fija sólo en lo más elemental de LA DAMA y su vestimenta, dejando, obviando u olvidando detalles pequeños, pero de gran importancia como la fíbula (broche que sujeta la ropa) que lleva LA DAMA o el uso del famoso hueco de su espalda. Ni una palabra sobre estas dos “cosillas” que me dejó un poco descolocada.
Uno de los mejores momentos para mi es cuando describe la actividad del maestro artesano cuando está acabando lo que hoy conocemos como la Dama de Baza....
El final es inesperado, personalmente, pero a pesar de lo dramático de la situación, muy tierno y dulce. El título puede confundir.... o realmente no?......
Recomendarlo: Si gustas de la novela histórica, leelo, pero del tirón, no es un libro que puedas dejar un par de días sobre la mesa porque te pierdes. Al menos a mi me pasó. No hay que tomarlo al pie de la letra pues es novela no historia, pero hace que pique la curiosidad por saber más de aquellos íberos que poblaron nuestra piel de toro mucho antes de nosotros. Y lo mejor, el espíritu de LA DAMA siempre flota en el aire.....

lunes, 21 de julio de 2008

Como cada día la vio llegar, con su andar tranquilo y pausado. Al franquear la puerta exhibió su acostumbrada sonrisa y saludó con ese tono de voz que distingue a las personas felices. Mientras ella se sentaba se acercó a preguntarle si iba a tomar lo mismo de siempre. Asintió mientras él ya había abierto el grifo de la cerveza y llenaba un vaso que luego le puso delante, acompañado de esos frutos secos que comía con el entusiasmo de una niña. Y ¿acaso no lo era? él, a sus cuarenta y tantos años, no podía menos que anhelar estar cerca de sus veinte y pocos y así, tal vez, atreverse a confesarle lo bella que la veía. Pero esa barrera seguía erguida, mucho más alta que la barra de madera que les separaba.
- ¿Que tal el fin de semana? ¿Fuiste a esa fiesta que me dijiste? - le preguntó mientras la miraba dar un primer trago
- Sí, estuvo muy bien -
La escuchó contar los detalles de la fiesta, y aunque daba la sensación de hacerlo distraídamente, mientras seguía secando vasos o colocando botellas, la verdad es que más que oírla adsorbía cada palabra, reteniéndolas para luego, ya a solas, recrearse o dolerse, como en aquel momento, en que ella le contaba que una vez más no había visto en todo el fin de semana al chico que le gustaba, a pesar de haber ido al centro, que es por donde sabía que se movía. El también lo sabía, sabía que la mayoría de domingos ella se paseaba por esas calles por si la casualidad hacia que se encontrase con ese chico por el que suspiraba. Y por ello él, que vivía en aquella zona, se quedaba domingo sí, domingo también, encerrado en su casa. Por que aquella bendita casualidad que hacía que ella no se encontrare con su deseado chico, seguro que haría que él la viera a ella, y así aumentar la tortura de saberse preso de un amor imposible. Aún así muchas veces la veía pasar desde la ventana. Siguió oyéndola hablar de su "Moreno", como ella llamaba a aquel chico que parecía ignorar incluso que ella existiese. Y a pesar de que sabía que, muy probablemente, cuando ella tuviese pareja dejaría de acudir a su bar, y dejaría de verla, no podía menos que alentarla a que siguiese insistiendo. Se merecía tener suerte
- Deberías invitarle a algo - apuntó él - ¿no dices siempre que le gusta el cine? pues invítale, le dices que hay una pelí que nadie quiere ir a ver contigo, que no te gusta ir sola y que como sabes que le encanta el cine...Seguro que te dice que sí.
- ¿Tú crees?
- Lo que hubiera dado yo porque una chica como tú me invitase al cine - intentó bromear él pero su voz sonó tan grave que ella se le quedó mirando durante unos segundos, luego sonrió de nuevo al decir
- No sé José, lo normal sería que me invitase él
- Quizá necesita un empujón...hay hombres tímidos, no creas que sois sólo las mujeres. Siempre dices que crees que le gustas, pues si él te gusta a ti... ¿porque no intentarlo?
Ella bajó la vista como meditando, permaneció así durante un largo minuto, durante el cual él ya la estaba imaginando en el cine con ese chico, viendo la película, hablando...y quien sabe que más. Ella apuró su copa, dejó unas monedas sobre la barra y se levantó para irse. Él sintió que la perdía. Ya salía por la puerta cuando se giró, y regresó a la barra, le sonrió, y con voz nerviosa le dijo:
- José, en el cine Ideal hay una peli que quiero ver, pero nadie quiere verla conmigo...he pensado que podrías venir tú, ya que te gusta tanto el cine...

domingo, 20 de julio de 2008

Marte


Dicen que hay agua en Marte. Agua helada, pero agua al fin y al cabo. Con esto, dicen, aseguran, que se abren las posibilidades de que haya vida en ese lejano planeta. Y a mi me parece curioso ¿sabes?, que de repente algunos se llenen de júbilo, porque en un planeta al cual llamamos rojo, aparezca un trocito azul. Y una se dice a si misma que para alegría la que da el azul – verdoso del Mediterráneo, aunque mejor que no lo descubran, no sea que les de por venir a destruirlo con sus investigaciones.
Dicen que el hallazgo de agua en el planeta rojo, aumenta la posibilidad de vida allí. Algunos, los locos de siempre, ya se frotan las manos ante esta posibilidad. Sueñan, planean, imaginan, enviar personas. Incluso piensan en crear una especie de ciudad
Y yo sueño con justo lo contrario, que nunca consigan llegar. Basta mirar lo que han, hemos, hecho en este planeta nuestro. Y una piensa que si, en esta nuestra Tierra, van sembrando guerras, odio, discriminación, mentiras, hambre, muerte…Que no harán en un planeta lejano, donde nadie levantara sus voces contra ellos. Nadie les reprochara que vayan destruyendo a su libre albedrío.
A mi ¿sabes?, me encantaría que ese lejano planeta siguiera siendo así, lejano. Por su propio bien. Porque no quiero tener que contemplar la destrucción de otro planeta. Prefiero tenerlo como ahora, un sitio al cual volar sólo con la imaginación

miércoles, 16 de julio de 2008

II TERTULIA SENDEROS ÍBEROS


La segunda tertulia Senderos íberos tuvo lugar el pasado 12de julio. A eso de las nueve y media, hizo su aparición la primera invitada, Araceli (Carallo!!, qué puntual es esta chica, que nos pillo sin duchar y sin ná ja ja ja).
Después de ella, vinieron escalonadamente los demás: Raúl y Conchi, Arturo y Manu y, finalmente, Yolanda, Sonia y Rosa. Al fin estábamos todos. Cada uno trajo, tal y como quedamos por mail, un plato. De esta manera, todos probábamos el arte culinario de los demás y, por otra parte, la anfitriona no se cargaba de trabajo. Y la experiencia fue muy positiva. Todos pusieron lo mejor de cada uno para hacer un plato que deleitase a los demás: pollo con salsa de aceitunas, empanadillas argentinas, humus, empanada, ensalada de pasta y, de postre, un helado de yogurt con diferentes siropes y unas galletitas hechas por la anfitriona a base de chocolate fundido y cereales…. Todo un manjar. Todo ello regado con rebujito y vino tinto.
Entre risas y comentarios varios dimos buena cuenta de todo lo que en la mesa había y, cuando todos teníamos el estómago lleno, nos fuimos sentando, tomado posiciones para lo que estábamos deseando: Las copas, el ron, el wisky y la coca cola quitaron protagonismo al rebujito y el vino y nuestras manos estaban ocupadas manteniendo el vaso.
Cuando todos estábamos servidos Mayte repartió los cuadernillos que, con gran ternura y esmero había confeccionado días atrás. Compuestos de un título, el autor al que estaba dedicada la noche, una biografía del mismo y algunos poemas. Cada cuadernillo tenía poemas diferentes, ninguno se repetía y de esta manera cubríamos más obra del autor. Caramba!!! Llevo hablando de la noche y todavía no he dicho a quién estaba dedicada. En honor a uno de los contertulios, esta segunda noche de poesía se dedicó a Rubén Darío. Comenzamos leyendo su biografía, cada uno un párrafo y después de comentar sobre su vida pasamos a la lectura de poemas. Ya que amnu tenía debilidad por este autor comenzó él y fue, sencillamente genial… demostró su gran conocimiento del autor, las circunstancias que le hicieron escribir ciertos poemas, la época en la que vivió y las influencias que tuvo a lo largo de su obra. Nos abrió un mundo que creo que la gran mayoría de nosotros no conocía. Todos quedamos embobados con sus sencillas pero magníficas explicaciones. Él leyó el primer poema: “Leda” que habla de un cisne, de un lago, de un cielo azul y tú crees que habla del amor , que es romanticón, pero NO!!!, lo que describe es un acto salvaje y violento, el mito de Zeus y Leda (Zeus se convierte en cisne y viola a Leda)… en fin, que estuvimos discutiendo e intercambiando opiniones de este poema, analizándolo desde todos los puntos de vista y, sinceramente, me di cuenta –una vez más- de mi pobre cultura literaria. Después otros leimos otros poemas, más o menos sencillos, más o menos complicados y todos tuvimos la ocasión de meter baza porque nuestra opinión era escuchada con tanto interés y atención como la del más experto. Eso es algo que me enorgullece de estas tertulias nacidas de una mente tan sensible y curiosa como es la de Mayte: que el respeto al resto de opiniones prima por encima de todo.
De nuevo, nos metimos en la madrugada y a eso de las tres fueron abandonando esta mansión del sur aquellos que aprendieron y enseñaron un poco más sobre un escritor-poeta que dista mucho, para mi, de aquel que me enseñaron en el colegio. Ahora lo veo con otros ojos.
En esta ocasión, tampoco hicimos fotos del evento, pero la casa quedó más o menos en las mismas condiciones que en la anterior tertulia. Lo bueno de esta última es que pusimos platos y vasos de plástico y la recogida fue mucho más fácil :).
Gracias a todos por los buenos momentos pasados. Esperamos veros en la siguiente. Hasta la próxima!!!!!

jueves, 10 de julio de 2008

Mario

Ayer por la tarde me encontré releyendo uno de los libros de Mario. Tal vez porque la espera de su nuevo poemario “Testigo de uno mismo” ya se hace larga. La presentación de este nuevo y deseado libro se ha visto postergada (estaba prevista para abril) por los problemas de salud que arrastra Mario, por los cuales ha sido ingresado, en lo que va de año, 3 veces en el hospital de Montevideo. Reconocerle frágil ha hecho que los que le seguimos valoremos más aún todo lo que nos ha dado, todo lo que nos da cada vez que nos regala un nuevo libro. Como te decía, ayer releía por enésima vez uno de sus libros y redescubrí un fragmento que ya en su momento me fascinó. Ayer me hizo sonreír y hoy te lo dejo aquí, por si al leerlo tú también sonríes.

P.D Ay Mario no te marches nunca


- Estoy contenta porque intuyo que todo lo nuestro va a ir cada vez mejor. Y a corto plazo
- Ojalá Dios mejore de su sordera
- ¿Y eso?
- Es mi modo de decir que Dios te oiga
Ella sonrió por entre el humo


(Fragmento: Gracias, vientre leal)

Silencio


Ella le odió. Le odió al comienzo de esas largas jornadas sin poder hablar, sin poder reír, sin poder hacer ningún ruido. Le odió con violencia mientras, escondida, miraba por la ventana jugar a sus compañeros y él se apoyaba en su hombro con gesto prohibitivo. Durante días sólo se miraron, los ojos de ella bañados de preguntas y dudas, y en los de él reflejada una paciencia absoluta. Ella se negaba a habituarse a él, pese a que en aquellos días, durante horas, él era su único acompañante. La rutina con su triste andar, hacía pasar las jornadas. Ella dejó sus preguntas olvidadas en algún lugar, y ya sólo acudía a sus encuentros revestida de indiferencia, sabiendo que era algo inevitable. Sus citas siempre transcurrían de la misma forma, ella medio escondida tras aquella ventana mirando anhelante la calle y la vida exterior, o sentada en un rincón de la habitación con los ojos perdidos en la nada.
Una mañana él le regalo un libro. Lo puso junto a ella, que lo miró con recelo, sin tocarlo. Días después, hastiada de aburrimiento, cansada de mirar por la ventana, y sin ser capaz de identificarse aún con él, ella tomó el libro y empezó a leer. Durante días leyó mientras él asentía, mirándola desde un rincón. Se fueron sucediendo los presentes. Él le fue regalando mil mundos. Mundos en forma de libros que ella leía con avidez. Mundos en forma de folios en blanco que ella rellenaba de palabras, la mayoría de veces sin sentido. Mundos en forma de poesía que dieron calor a su alma. Era su manera de abrirle la ventana, y dejarla escapar lejos. Lejos de su presencia.
Un día, cuando ella ya ni lo esperaba ni lo necesitaba, sus encuentros cesaron. A ella le abrieron, de nuevo, las puertas al mundo real. Y los que la habían empujado a los brazos de él, la incitaron a abandonarle. Volvió los ojos hacia él y le dirigió una sonrisa de despedida sin saber que decir. Nunca habían cruzado palabra y aún así se entendían perfectamente. Pero aquel día, a ella le pareció escuchar:
- Recuerda que siempre estaré cerca, por si necesitas mundos nuevos o recordar los antiguos
Ella asintió y salió de allí. Años después ella sigue amando esos mundos que sin su ayuda, quizá no habría conocido. Y a veces le busca y se encuentran, lejos de los ojos de todos. Porque como diría Benedetti: que espléndida laguna es el silencio. Y lo que enseña