miércoles, 25 de junio de 2008

Margaret Atwood, Premio Principe de Asturias

El Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2008 ha sido otorgado a la escritora canadiense Margaret Atwood por su espléndida obra literaria, que ha explorado diferentes géneros con agudeza e ironía, y porque en ella asume inteligentemente la tradición clásica, defiende la dignidad de las mujeres y denuncia situaciones de injusticia social

Considerada una de las más destacadas novelistas y poetas del panorama actual, Margaret nació 1939 en Ottawa (Ontario, Canadá). Muy aficionada a la lectura desde niña, se graduó en Artes en el Victoria College de la Universidad de Toronto y posteriormente cursó estudios de postgrado en el Radcliff College de Cambridge (Massachussets) y en la Universidad de Harvard. Ha sido profesora de Literatura Inglesa en diversas universidades canadienses. Dedicada por completo a la escritura desde 1972, ha sido presidenta de la Unión de Escritores de Canadá y del Centro Canadiense del PEN Club Internacional de escritores Autora muy prolífica, obtuvo reconocimiento internacional con la publicación de su novela La mujer comestible, a la que siguieron Resurgir, Doña Oráculo, Life Before Man , Ojo de gato y La novia ladrona .

La trama de sus obras se centra frecuentemente en la figura de la mujer, su madurez y los cambios de rol sexual. Es también una consumada poetisa, género en el que empezó con diecinueve años y en el que recurre a referencias mitológicas, culturales, literarias y pictóricas, como en Double Persephone, The Circle Game y Procedures for Underground. En You are Happy y en Two-Headed Poems reveló su interés por la literatura social: en el primero exploró la opresión de la mujer y en el segundo el conflicto latente en Canadá entre dos culturas y dos lenguas
Asimismo, algunas de sus novelas se han adaptado al cine y al teatro, como La mujer comestible, El cuento de la criada, también convertida en ópera, Alias Grace, y El asesino ciego, entre otras. La colección de relatos The Tent y el libro de poesía The Door son sus últimos títulos. Los libros de Margaret Atwood han sido traducidos a más de treinta idiomas, que incluyen el persa, japonés, turco, finlandés, coreano, islandés y estonio

martes, 24 de junio de 2008

Arqueólogos, no aventureros

Llevas días trabajando, desde las 7 de la mañana hasta las 3 de la tarde, más tiempo no, porque el sol de justicia que cae en estas tierras castellano-manchegas es demasiado fuerte para que nadie esté a pie de cuadrícula. Pero justo antes de dejar el trabajo porque el calor ya es sofocante, tanto que ni siquiera las chicharras se atreven a cantar, das con algo; la piqueta no se ha hundido como en otras ocasiones en la tierra seca, sino que ha dado en algo más duro, más resistente… y es ahí cuando el corazón se te sube a la garganta porque sabes que estás a punto de ver y tocar algo que desde hace mucho tiempo ni nadie ha visto ni nadie ha tocado. Pero tienes que dejarlo, el resto del equipo vuelve a la caseta a dejar los trastos y a comenzar a cargar en los vehículos lo hallado ese día para, por la tarde, dedicarse en el laboratorio a su lavado, siglado, dibujado, fotografiado, etc… y tú no te quieres ir, sabes que tienes algo grande entre manos, pero la paciencia es una gran virtud y a regañadientes, te levantas, te sacudes la tierra y el polvo que te recubre y, apesadumbrado, te das la vuelta, montas en el coche y te alejas de tu sueño.
La noche hace ya tiempo que ha caído, pero tú no puedes dormir. A pesar de que el resto del día ha sido de intenso trabajo de laboratorio, no has podido despegar tu mente de ese pedazo de tierra que aún se resiste a entregar lo que guarda, aunque estás completamente seguro que mañana será el día de tu victoria.
A las 7 estás de nuevo allá, para enfrentarte al reto de rescatar, como en otras ocasiones, un pedazo de la historia. Pero esta vez es distinto, no sabes porqué, pero lo es aunque… realmente, cada momento es distinto y especial en sí mismo. Nunca logras acostumbrarte y cada pieza, cada estructura que vas descubriendo hace que la adrenalina corra desbocada por las venas. Coges un pincel y una espatulilla y te diriges a tu objetivo; te arrodillas y empiezas la tarea de apartar la tierra que recubre aquello que está escondido…. La paciencia, recuerda, es una virtud que, junto a la templanza y la concentración, harán que el dolor de piernas, el sudor corriendo por tu espalada y el sol golpeándote la nuca merezcan la pena.
El color marrón y los granos de tierra dan paso a lo que parece un color negro de pintura sobre un objeto…. Sigues con el pincel y la espatulilla, sigues descubriendo lo que parece una cerámica, pero aún no sabes de que tipo y has estado a punto de emplear las manos para apartar bruscamente la tierra y desenterrar completamente aquello, pero, una vez más te controlas, porque sabes que eso es lo peor que puedes hacer y sigues con el pincel, con el cepillo….Llevas tres cuartos de hora, la operación está siendo difícil porque la pieza es muy delicada; está casi desenterrada y ya sabes lo que es. Ese momento, ese instante en que los conocimientos adquiridos después de años de estudio y lectura dan su fruto ha sido como si el mundo se parase a tu alrededor y sólo existierais tú y tu hallazgo. Sonríes y para tus adentros, antes de darlo a conocer al director y el resto del equipo dices: “un Kylix” y mentalmente recuerdas que un Kylix es una copa de cerámica, trabajada con gran mimo, griega de pie bajo y ancha boca, con dos pequeñas asas, utilizada en el rito del vino. Y tienes una de esas maravillosas piezas que todos hemos visto en los museos ante tus ojos. Y no puedes o no quieres resistir la tentación de imaginar las últimas manos que la agarraron, los últimos labios que se acercaron a su borde y el último vino que se derramó en su copa…. Es, simplemente, espectacular. Acabas de hallar un tesoro, una magnífica pieza que siglos atrás alguien dio forma, decoró, transportó y vendió. Tus manos se posan donde lo hicieron otras con una diferencia de más de 20 siglos. Ese momento es único. Te sientes orgulloso de tu trabajo, aunque sea duro, penoso y desconocido.


Ahora queda el no menos delicado trabajo de consolidar ese bello objeto para que no se rompa, para que sufra lo menos posible en su nueva vida y poder trasladarlo al laboratorio donde restaurarán todo su esplendor antes de que todos podamos verlo y, gracias a él, visitar las antiguas culturas que le vieron nacer.

lunes, 23 de junio de 2008

La búsqueda


Hace días que no te encuentro, que apenas te siento junto a mí, como una brisa que apenas me roza. Esta mañana he ido en tu búsqueda a esa ciudad en la cual te conocí. ¿Cuanto hace de aquellos? ¿Tanto? Si, seguro que sí. Llevas tanto tiempo en mi vida, que ya ves...
He recorrido esas calles buscándote en cada rincón. En cada sombra que deja el sol en las esquinas, esas sombras que nos refugiaban del sol infernal del verano. En cada portal donde se ocultan los amantes, y donde nos escondíamos para contarte mis confidencias. En el susurro del viento entre los tejados, esos tejados a los que trepábamos para ir a mundos nuevos. En la tenue luz de las solitarias farolas que desprenden una claridad que a veces daña, pero que nos iluminó mil juegos que inventabas para mí. Y no te he encontrado.
La villa me ha cantado tu ausencia, mezclada con el rumor de las fuentes en las cuales tú me enseñaste a escuchar músicas creadas solo para nuestros oídos. Y me he sentido sola, muy sola. Mis labios se han abierto intentando emitir una llamada, pero sólo han exhalado un suspiro, sabedores de que siempre que viniste a mi encuentro fue por tu voluntad. No porque yo te llamara. He intentado volver a ese mundo idílico que siempre sabías ponerme ante los ojos. Pero sin ti, sin tu fuerza, sin tu ánimo, sin tu aliento, me es imposible encontrar el camino. Sin tu sabia mano para guiarme sólo hay brumas.
Ignoro porque te has alejado de mí estos días. O acaso me he distanciado yo, empujada por esta tibia rutina que sabes que aborrezco. No sé si has sido tú o yo quien ha puesto este muro de distancia. ¿Acaso importa? No sé. Yo solo quiero volver a encontrarte. Quiero que vuelvas a reflejarte en mis ojos, hoy algo apagados por no saberte. Quiero que tu calida presencia dé energía a mi alma. Quiero que me brindes la pizca de locura que tú sabes darme y que tantas veces me rescató del naufragio en días de tormenta.
Si me lees, si me escuchas, si me presientes, regresa. Porque este mundo sin ti, amiga Fantasía, es más dificil de llevar


P.D. A la Fantasía, tan necesaria para avanzar

Líbrame


Líbrame de estos días sin tu charla, del cansancio de encontrar otro camino...de la incomprensión de los que nos rodean, de las preguntas absurdas, de los reproches injustos, del tener que mirar a los lados para dar un paso, del saberme fuera, de no ver sendas como aquellas, de perderme en los caminos, de traicionar tus principios, de mis dudas, de lejanos lamentos.

Líbrame de perderme a mi misma, de las culpas sin motivo, de la búsqueda, de la oscuridad de sus miradas, de las bocas sin poemas, del deseo de escapar, de los segundos que se hacen horas, de no oír el mar, del gris, de explicaciones que no merecen, de saber el precio del afecto, del silencio impuesto, de los sabios ignorantes, de los ricos que se mueren de hambre, del atronador ruido de los silenciosos, de ignorar a los olvidados, de las manos atadas...

Líbrame del día que me ronde el abandono

El Yo

Un día más, un día menos…todo depende, siempre he dicho que en esta vida todo es relativo. Nosotros mismos somos relativos, no puedo decir "yo soy así" porque todo depende del momento en el que nos analicemos, y también de la persona que nos analice, ya seamos nosotros mismos u otro individuo... Cada vez que pienso esto, llego a la conclusión que es imposible definirse a uno mismo o a otro, hay tantos "yos" como personas que opinen, andar a vueltas de como es uno, como está....es meterse en un hervidero de ideas, normalmente encontradas, que no hace sino dar más impulso a nuestra propia duda sobre el qué somos, qué hacemos y por qué...¿Nunca os ha ocurrido que de repente os habéis plantado y quedado por un momento inmóvil, con los ojos cerrados, y en ese dichoso cerebro que tenemos comienzan a bullir un infierno de ideas? Personalmente, a mi si me ocurre, el estar pensativa, y dar una "vuelta" por la vida que decidí vivir...Y se llega a la conclusión de que no hay un “yo” definitivo y constante pero me vale con sentirme buena gente. Al menos la mayor parte del tiempo. ¿Alguien piensa lo contrario? Pues, sinceramente, es su problema

A solas con Océano Nostrum

Lo reconozco, aquellas noches me marcaron. Aquellas noches en que un buen puñado de locos subíamos a tu barco y nos dejábamos guiar por la luz de tu faro. Eras nuestro referente, ponías voz a pensamientos que a la luz del día éramos incapaces de reconocer que teníamos, la mayoría de veces por cobardía, ya sabes cuan cruel es, a veces, este mundo con los "raros". Era una bendita rutina prender cada día la radio y encontrar tu voz y todo lo que nos contabas. Parecías adivinar en que momento necesitábamos tal o cual poema, aquella o esta canción, cuando tenías que hacernos sonreír con un cuento, o cuando reflexionar con un texto. Eras confidente de cuanto nos sucedía, y en ocasiones nosotros supimos de dolorosas circunstancias que te rondaron, que sentimos como nuestras, pero que no te hundieron. Y a fe que lo intentaron. Nunca te callaste ante las injusticias, aunque a los de arriba les rechinaran los dientes. Eras, eres, fiel con tus ideas, tus principios. Unos principios que para algunos parecen desfasados pero que nos inculcaste cada noche y que nos hicieron mejores personas. Nos hacías conocer temas que muchos otros medios silenciaban, querías enseñarnos todo, bueno o malo. No dudaste en elevar tu voz, y a la par las nuestras, contra el maltrato, contra la guerra, contra la desigualdad, contra las injusticias... Nos hiciste ver que no hay que mirar nunca hacia otro lado, que todo nos tiene que importar aunque pase a kilómetros de nosotros. Contigo la palabra frontera dejaba de existir. Paliaste muchas soledades, consolaste muchos llantos, provocaste autenticas carcajadas revestidas de ternura, hiciste crecer a algunos, pensar a muchos mas, cambiaste mentalidades y nunca buscaste reconocimiento. Es más, se te notaba cierta vergüenza cuando alguien elevaba a oídos de todos alabanzas dirigidas a ti. Nunca llegaras a ser consciente del mucho que bien que hiciste, que sigues haciendo. Puede que algunos ya no podamos oírte cada noche, pero tus enseñanzas, tus maneras, tus códigos, siguen con nosotros. Lo tenemos grabados como un tatuaje que exhibimos muy orgullosos. Nos contagiaste el percance de ser buena gente, de tener por bandera a la sensibilidad, y eso, en tiempos como los que corren, es de alabar y agradecer.
Te seguimos, ¿sabes? te escuchamos. Aunque reduzcan la navegación de cuatro horas a cinco minutos seguimos a bordo contigo, con la misma intensidad de siempre. Porque tú en unos minutos trasmites cosas que otros, en tres horas, no pueden ni imaginar. Porque eres así, los que te conocemos lo sabemos y celebramos. Y ellos también lo saben y, por dentro, se mueren de envidia
Estamos deseando volver a navegar A solas contigo por el Océano Pacífico, por el Mare Nostrum o por donde sea..si tú estas al timón Capitana

Ella

Ella levanta la mirada y tiene la sensación de, a la par, levantar su vida. Demasiado tiempo con los ojos bajos, casi una costumbre, una rutina. Con el peso de los ojos se fueron debilitando los hombros, la espalda...El cuerpo entero pareció seguir el camino descendente de su mirada. Y con el cuerpo el animo, y con el animo la vida. Tanto tiempo negándose la posibilidad de ver, de descubrir, que incluso es posible de que haya olvidado como hacerlo.
¿Qué la impulsó ese día a elevar los ojos? No lo recuerda, quizás empezaba a ahogarse y el tan citado instinto de supervivencia acudió al rescate. Tal vez había llegado el momento de ser. Quizás la derrota se cansó de ser su compañera y emprendió otro camino. O te cruzaste con ella por la calle, te presintió y no pudo menos que mirarte. Aunque eso significara dejar toda una vida de miedos atrás.

Madrid

Seguramente esta sea una ciudad enorme. Al menos a mi así me lo parecía cuando era niña y oía hablar sobre ella y después, cuando en años posteriores pude visitarla en diferentes ocasiones. Incluso cuando hace unos meses me vine a vivir aquí y aprendí más sobre ella. Hoy la miro con otros ojos. Tengo la fortuna de trabajar en uno de sus edificios emblemáticos, en la séptima planta. Y si bien es una altura que muchos edificios de aquí tienen, incluso superan, yo nunca había visto Madrid desde este ángulo, desde las alturas. Enfrente de mi un amplio ventanal me muestra la ciudad. Sólo tengo que levantar la vista de mi trabajo y un manto de edificios se extiende hasta el horizonte. Y no puedes evitar compararlos con los diminutos peatones…estos parecen ir tan perdidos, tan solos por estas calles...Parece que la ciudad los engulle, los cobija, los protege o aniquila Desde estas alturas se hace latente la cantidad de millones de personas que viven aquí...entonces ¿por qué tengo la sensación de que hay demasiado vacío dentro de esos edificios? ¿Por qué me parece oír silenciosos gritos de soledad pidiendo compañía? ¿Por qué tengo la sensación de cruzarme con miradas que destellan tristeza? Madrid deslumbra por su vida, por su intensidad, por su bullicio...pero si quedas en silencio y miras más allá, puedes ver sus heridas. Y te aseguro que algunas son realmente desgarradoras. Esa es la grandeza de una ciudad, de un pueblo: sus contrastes. Como la vida

Ayer, cuando escribía sobre la violencia de genero, pensé en ti y reconozco que sentí asco. Asco, repugnancia y rabia. No te conozco y ni ganas. O tal vez si te conozco y lo ignoro. A lo mejor eres el chico sonriente de la tienda, o el amable señor del kiosco que ya me tiene el periódico preparado cuando me ve llegar, o el camarero que sabe ponerme la cerveza con la espuma justa, o el joven soñoliento con el que comparto muchas mañanas el vagón de metro. Seguramente seas, a nuestros ojos, un tío amable y pacifico. ¿Sí, verdad? entonces ¿que te pasa cuando cruzas el umbral de la puerta de tu casa? ¿que te transforma en un ser desalmado y violento? ¿que te empuja a levantarle la mano a tu compañera, a marcar cada centímetro de su cuerpo con tus golpes? ¿que demonios te hace terminar con su vida? Porque es su vida ¿sabes?, no es tuya y no tienes ningún derecho a arrebatársela. He oído mil excusas para intentar, en vano por supuesto, disculpar tus actos. Por que no, no tienes justificación alguna. Me da igual que sea por celos, por problemas, por nervios, por desesperación, porque te provoco, porque se te cruzaron los cables…y todas esas estupidas excusas que pones.
No quiero ser injusta contigo que tal vez reconoces que tienes un problema y pides ayuda: aquí tienes nuestra mano. Pero manos para ayudar, nunca para golpear, ni las nuestras ni las tuyas.
Pero a ti...a ti que te regodeas en tu poder, que crees que se lo merece, que no entiendes la pareja sin golpes, que consideras que ella es de tu propiedad...a ti te desprecio, te aborrezco, y te deseo todo el mal del mundo. Me causas asco y si no me permito odiarte es porque no quiero ser como tú. Ojalá te pudras, a ser posible en la cárcel. Y así tal vez ella encuentre un poco de esa paz que le has ido arrebatando a golpes

Ni una muerta más

El martes pasado fueron cuatro, el miércoles dos más y van 18. En lo que llevamos de año ya han muerto 18 mujeres a causa de la llamada violencia de género, 18 mujeres que han perdido la vida a manos de sus parejas o ex - parejas. 18 victimas en dos meses, nueve por mes, es decir, más de dos por semana... ¿y que estamos haciendo? Nada. No quiero pensar que pasaría si esas 18 victimas en lugar de ser de la violencia de género, fuesen de ETA. Imagínate que pasaría si Eta matara a dos personas por semana... España entera se convulsionaría. El país en pleno se pondría en pie para clamar justicia y soluciones, arrestos, condenas...Muchos taparíamos la calle día si día también para hacer oír nuestra repulsa, nuestro desprecio hacia los asesinos. Pero ahora no. Se ve que estas mujeres no merecen que nos movilicemos. Y no, no hago de menos a las victimas de ETA, ni a ninguna otra victima de cualquier barbarie. Todas me merecen el mismo respeto, el mismo dolor. Las mismas ganas de gritar ¡Basta ya! ¿En que nos estamos convirtiendo para que un drama como este no nos revuelva las entrañas? ¿que tenemos dentro que no se conmueve ante crímenes como estos? ¿cuando perdimos las ganas de actuar, de hacer algo? ¿acaso nos estamos volviendo inmunes al dolor ajeno, a según que tipo de dolor? No podemos seguir dándole la espalda a lo que esta sucediendo. Todos tenemos que hacer algo en la medida de nuestras posibilidades. Hay que apoyar a las victimas, no taparnos los oídos a los gritos de nuestra vecina, no mirar hacia otro lado al ver marcas de golpes, denunciar cuando tengamos indicios de que existe violencia. Hay que exigir a los políticos que tomen medidas, que endurezcan las penas a los maltratadores y asesinos (¿porque no están equiparadas a las de terrorismo?), que cumplan íntegramente las condenas, juicios rápidos, (creación de juzgados y jueces) protección a las victimas...Hay que buscar soluciones, rápido y bien. No podemos seguir ignorando que tenemos un grave problema: están matando a nuestras mujeres. Mañana le puede pasar a tu hermana, a tu hija, a tu madre, a tu amiga, a tu vecina...y entonces pensaras que es demasiado tarde

4 de enero

Hace un año (esto se escribía el 4 de enero) más o menos a estas horas, me hizo estremecer de pies a cabeza. Sacudió mi alma y se la quedo para siempre, dejándome a cambio compartir la suya. Nunca un cambio ha sido tan maravilloso como aquel.

Hace un año te vi brillar por primera vez, tan intensamente como lo has seguido haciendo estos 365 días compartidos. Y los que han de venir…Que por muchos que sean, se me harán pocos. El tiempo siempre es demasiado corto cuando estoy perdida en tus ojos, o refugiada en tu abrazo.

Una Dama protectora

Si paseas alguna vez por la calle Serrano de Madrid, a la altura del número 13 sentirás que algo, alguien, te susurra, te llama insistentemente y, sin saber como, dirigirás tus pasos hacia un imponente edificio, cuyas puertas están custodiadas por dos arpías, animales fantásticos que, como soldado valiente y aguerrido que simbolizaba en la antigüedad, vence al enemigo, en definitiva, protege su territorio de aquellos que quieren mancillarlo. Una vez que estos protectores te dejan pasar, pues saben que estás oyendo la voz, ya no habrá vuelta atrás y te verás sorprendido en un torbellino de belleza, simbolismo, rituales que te llevarán, sin solución de continuidad, hasta el origen de la voz que te llamó. Esa voz aterciopelada, sensual pero firme, dulce pero enérgica… la voz de la Dama que, desde su vitrina, vigila a todo aquel que entra en el edificio que la custodia para las generaciones venideras: el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Desde su privilegiada posición, centro de todas las miradas y, a su vez, ella misma protectora de todo lo que le rodea. Y cuando estás frente a ella, te das cuenta de lo pequeño que eres, de lo mucho que te queda por aprender, de todo lo que eres capaz de escuchar y crecer, del esplendor de aquellas gentes de las que provienes.
Ella te mira, con sus ojos almendrados, que recuerdan a las grandes Korai griegas, y pierdes la noción del tiempo y del espacio. Y cuando te empieza a hablar sobre ella y sobre aquellos que le dieron forma, el aire apenas entra en tus pulmones

"Fui esculpida en tierras ilicitanas, mi casa fue el pueblo que ahora denomináis L´Alcudia. Allí, manos expertas, moldearon un bloque de caliza hasta que el cuerpo de una mujer con ricas vestimentas y delicadas joyas quedó terminado. Era yo… sí, no te sorprendas viajero, en origen tuve un cuerpo, no recuerdo bien si estaba sentada o de pie, disculpa el vacío sobre esa parte de mi vida, pero los siglos no pasan el balde, ten en cuenta que estoy aquí desde el siglo IV a.C., son muchos años y muchas visicitudes las que he pasado hasta llegar a este momento.
Fui concebida para proteger a un difunto y, con mi poder de diosa, de Dama influyente, ayudarle a llegar al más allá y disfrutar de la vida que nuestros dioses nos ofrecían, por eso tengo esa oquedad en la parte posterior de mi cuerpo, justo en mi espalda. ¿Quién eres, dices?... soy una diosa, una gran Dama, una aristócrata… sólo yo lo sé, pero no te lo diré pues si tienes curiosidad por mi tendrás que averiguarlo; únicamente te diré que no te arrepentirás si lo intentas, no te voy a defraudar. Sólo te voy a dar una pequeña pista para que sigas interesándote: En los últimos momentos de mi vida, aquellos entre los que había convivido, me escondieron, manos piadosas me sacaron de aquel lugar al que estaba destinada y me hicieron un escondrijo para que las ordas bárbaras que nos atacaban no mancillasen mi persona. En ese escondite, fabricado de losas hincadas en las arena me colocaron y, para no sufrir daño alguno, me recubrieron de la fina arena de playa que trajeron de la costa… y allí permanecí, oculta a todos hasta hace poco, para mi poco. Un día, recuerdo que hacía mucho calor, sentí como alguien caminaba muy cerca, demasiado cerca y, de repente, voces, alboroto y algunas manos empezaron a quitarme el peso de la arena de playa que me había acompañado durante tanto tiempo. Luego supe que ese día era un cuatro del mes llamado agosto, de un año…. Sí! 1897 era. Las imágenes de ese momento van viniendo… me miraban sorprendidos, asustados, pero con respeto…. No sabían nada de mi ni de quienes me habían traído a la vida, pero sabían que estaban ante alguien importante. Me llamaron la “Reina Mora” no sabía porqué, aunque luego me enteré que era por mis adornos, parecidos a los de las mujeres árabes que habían poblado estas tierras después, mucho después que yo y que dejaron constancia de sus costumbres. Fui la gran noticia del momento, un fenómeno inusual en esas tierras tranquilas. Todos querían verme, incluso un hombre que hablaba un idioma diferente al que yo estaba acostumbrada y que tenía un nombre gracioso, nunca lo olvidaré: Pierre Paris. Él supo que yo era algo grande, muy grande y consiguió arrancarme de mi tierra dorada para llevarme a su país, a su gran museo y allí permanecí, de nuevo, largo tiempo, hasta que pude regresar a mi tierra. Los motivos del regreso no fueron los mejores, pues fui moneda de cambio, me utilizaron para un programa político que yo no entendía y eso me enfureció, pero lo importante es que volvía a ver que mi sol volvía a acariciar mi rostro, y después de una estancia en un edificio cercano a este, donde hay grandes cuadros pintados por manos expertas y piadosas, vine a este lugar, mi hogar desde hace tiempo y en el que estoy acompañada de mi gente, de aquellos que convivieron conmigo en el mismo tiempo aunque no en el mismo lugar, pero eso no importa. Todos juntos somos una fuente inagotable de conocimiento que, por nosotros mismos –aislados- no tenemos, pero aquí reunidos realizamos la importante misión de dar testimonio de nuestra civilización, que te ha precedido, y podemos enseñarte mucho, más de lo que imaginas… ¿Te apetece seguir descubriendo?..."


El Museo Arqueológico Nacional de Madrid está ahora mismo inmerso en un proceso de remodelación integral. Sin embargo las salas del mundo Ibérico, donde se encuentra la Dama y otras muchas piezas de importancia incalculable están a tu disposición.

Dirección: C/ Serrano, 13 (Madrid) Página web:
http://man.mcu.es/

Cuéntame tus sueños

Como si fuera tan fácil, pienso con una sonrisa interna. Plasmar, dejar caer los sueños propios en un papel, en estas teclas, que a cada letra que marco parecen reírse de mi, sabedoras de que nunca lo conseguiré. Y no porque no quiera compartirlo contigo, no pienses eso. Al contrario, siempre he pensado que todo lo que esta vida nos ofrece, tanto bueno como malo, tanto interno como externo nos es regalado para eso, para compartirlo. Las cosas, los sentimientos, todo empieza a cobrar valor cuando es compartidoPero ¿que podría contarte de mis sueños? Te mentiría si te dijera que no los tengo. Así mismo me aterra pensar que en este vasto y amplio mundo exista alguien que no tenga sueños en los que refugiarse, en los que protegerse. Sueños, en los cuales encontrar las fuerzas necesarias para seguir mirando al futuro con algo de esperanza que entibie el alma. No, no puedo decirte sueño con esto, o con aquello. No puedo escribirte emocionada que sueño con eso, y que ese algo me pone luz en lo más interno de los ojos, allí donde se esconde el todo. Ahora mismo, ya ves tú, me conformaría con poder mantener, ¿no será mejor decir conseguir? la capacidad de seguir soñando, la capacidad de seguir emocionándome porque así es como empiezan los sueños, con una emoción. Porque en tiempos como estos que vivimos, una tiene ese tipo de sueños que implican a toda la humanidad. Y una se ve con las manos atadas. Una se ve incapaz de hacer como siempre, correr con las manos abiertas tras ellos. Porque estos sueños necesitan mil manos, mil miradas cómplices y eso tristemente hoy parece imposible. Por eso, hoy, me conformaría con seguir teniendo fuerzas para soñar. Porque este mundo se nos esta resquebrajando y algunos están empeñados en robarnos los sueños a base de bombas, planes antidemocráticos, y vana palabrería. Menos mal que aún encuentras gentes con las manos y miradas limpias. Gentes que te reconfortan con el mundo. Gentes que te brindan sus sueños y te ponen delante su mano y una escalera de 168 peldaños. O más, los justos para que alcances tus sueños

1º Tertulia Senderos Iberos

El pasado día 19 de enero tuvimos una bonita experiencia. Se celebró la primera tertulia literaria Senderos-íberos. Este sueño surgió de la mente inquieta y curiosa de mi niña. Le encanta, le vuelve loca la poesía, la literatura en general, es una auténtica devoradora de libros. Se leyó “La ladrona de libros” en un día….. en fin, no sigo….

Pues eso, que pensó que sería buena idea juntar a unos cuantos amigos que quisieran disfrutar de la poesía y de buena compañía y dio forma a “Tertulias literarias Senderos-Íberos”. Para empezar y no asustar a la gente, se propuso a un gran escritor, un magnífico poeta y, además, fácil (o eso parecía) de leer: Mario Benedetti.
Se convocó a todos los amigos y nos juntamos un buen grupo y muy variadito. Después de varios días de trabajo, realmente duro por parte de Uroboros, en el cual hizo un estupendo cuadernillo con la biografía básica de nuestro objeto de deseo, así como su obra literaria (poesía, cuentos, prosa, ensayo.. en fin que el hombre es pródigo en todo) e incluyó cuatro poemas y un cuento en cada uno de los cuadernos… todos diferentes entre si.
Llegó el esperado sábado 19 de enero y todo eran prisas en casa, tenemos que comprar, cocinar (yo no, ella, yo hice de pinche), limpiar un poco la casa, reestructurar el salón para que todos cupiésemos y pensar cómo íbamos a acomodar a 11 personas con un sofá de tres plazas y una silla…. Solución: mantas en el suelo, tipo jaimas y ya está. Pasamos una tarde ajetreada, muy ajetreada y a las 21:25 hicieron su aparición las primeras invitadas…. Menos mal que todo estaba a punto, bueno casi todo, pero lo que faltaba no iba a ocupar mucho tiempo. Los vinos ya estaban descorchados y servimos las primeras copas. El vino: Pata negra gran reserva…. Excelente tinto (para que me guste a mi ya puede estar bueno). Inmediatamente llegaron los demás comensales/lectores y después de las presentación y de los “jo! Lo que hace que no nos vemos..” cada uno cogió su copa, apuramos la primera botella en unos minutos y atacamos la segunda que no duró mucho más, de modo que fuimos a por la tercera. La cena: un pan de carne, algo típico de Uruguay y luego platos procedentes de la imaginación de la gran chef: patatas al horno con queso de cabra, jamón, salsa pesto y aceitunas negras, rollitos de jamón serrano con una mezcla de cebolla, pimientos verdes y taquitos de jamón de York, rollitos de York con salsa de queso y obleas al horno con salmón y salsa de yogurt, queso y una especia que no sé como se llama. Finalmente, patés de cuatro tipos. En fin que nos pusimos las botas; comimos de pie, sentados, andando, tipo bufett y hablando, por los codos, todos con todos, reíamos, nos contábamos las últimas noticias, etc…Cayó la cuarta botella, que trajeron los invitados y llegamos al postre, un sabroso bizcocho hecho en casa de M. buenísimo… nos chupamos los dedos. Llegó un amigo en ese momento y después de ponerle al día, nos sentamos todos y empezamos con las copas, Wisky, Ron, zumos, coca-cola… una vez cada uno con su vaso, repartimos los cuadernillos, que a todos gustó (o eso nos hicieron ver) y comenzamos la lectura: hicimos una lectura conjunta de su biografía para que pudiésemos participar todos. Y aquí algo me sorprendió gratamente: mi temor, nuestro temor (aunque creo que más mío que suyo) era que nadie quisiese leer, que nadie hablase ni participase, pero no, al contrario, todos participaron, todos leyeron y todos disfrutaron. Una vez leída su vida (muy resumida y comentado algunas anécdotas que nos acercaron más su persona) comenzamos con la poesía y otra grata sorpresa: no se tuvo que obligar a nadie ni rogar a nadie, al contrario, casi nos peleamos por comenzar a leer alguno de los poemas que teníamos entre nuestras manos. Empezó C. y después de su lectura, vino el gran debate, todos queríamos expresar nuestra opinión sobre lo que habíamos leído y escuchado; cada uno había entendido algo completamente diferente y eso nos dio (al menos a mi) la medida de la grandeza de la poesía que, hasta ese momento no había sido capaz de ver; seguimos leyendo y cuando la voz que sonaba cesaba comenzaba un nuevo debate, increíblemente ordenado, instructivo y apasionante. Unas veces estabas de acuerdo con uno y después de los siguientes versos, opinabas lo contrario que el otro, fue magnífico ver como cada uno expresaba lo que llevaba dentro y el resto oía, escuchaba, meditaba y te daba la réplica, con apasionamiento, pero sin ser viscerales….Y así llegamos a las 4 de la mañana, momento en el que cada uno se fue retirando a sus residencias, a descansar y, tal vez, recordar lo vivido, llegando a la conclusión de que ha aprendido y disfrutado de una forma diferente.

No se si fue la buena compañía, el buen rollo que hay entre nosotros, la comida, o el alcohol (o todo junto) pero nadie se encontró desplazado, a disgusto o aburrido (o eso parecía). Todos comentábamos y nos expresábamos con absoluta confianza….. simplemente.. Chapeau…. Estoy, estamos deseando que llegue la segunda. A los que no pudisteis venir y os apetecía…. Os esperamos. A los que vinisteis… esperamos que repitáis… fue terriblemente agradable pasar la velada con todos vosotr@s.

P.D.: Pensamos hacer una foto al principio de la velada para colgarla aquí, pero con la emoción ninguna de las dos se acordó. La hicimos al día siguiente, aunque estamos debatiendo si es aconsejable o no publicarla (la casa llena de copas y vasos vacíos o a medio llenar, botellas por doquier…… no sé no sé).


Mudanza

Inauguramos blog

El anterior daba demasiados problemas, así que como bien dice la frase "renovarse o morir",y aquí estamos. Voy a pasar aquí algunos de los post del otro blog y luego emprenderos nuevas rutas

¡Ojala la travesía nos sea propicia!