miércoles, 8 de septiembre de 2010
Errores del pasado
Ayer, mi correo se vio invadido de mensajes que debatían sobre un programa de radio que, los remitentes y yo, escuchábamos antaño. Uno de ellos nos invitaba a escuchar un programa que se asemeja ligeramente a aquel que desapareció. Inmediatamente voces acusadoras se lanzaron sobre él, otros proclamaban que la emisora era más que aquel programa...Pero no es esa lógica diferencia de opiniones lo que me ha llamado la atención, ha sido la forma. Algunos se paseaban en torno a la educación, como debe ser, otros...volvían a las malas maneras, a los gritos, a intentar volver a poner en la palestra antiguas discusiones que nunca tuvieron solución, ni la tendrán. Bien sabe La mar que a mi este tema ya dejo de importarme hace tiempo, tengo mi propia opinión y actúo en consecuencia con ella, lo que no significa que los demás no tengan parte de razón. Eso es tema aparte...lo que me ha hecho ponerme a escribir esto es el pensar, tristemente, que las enseñanzas que intentó inculcarnos aquella locutora parecen haber pasado a la historia. Ingenua de mi, pensé que con el tiempo todos valoraríamos más aquellas charlas, aquellas reflexiones...me equivoqué. Algunos sólo parecen guardan dentro de sí el mal rollo y las ganas de bronca. Pues para mí eso significa que nunca entendieron el Océano. La esencia del Océano era otra, que cuando te atrapaba lo hacia para siempre. Pena siento del que no la lleve dentro, y más de quien proclama erróneamente llevarla. Para demostrar que se aprendió no basta con presumir de que se escuchó. A veces se oye pero no se escucha.
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