miércoles, 25 de marzo de 2009

Tiro los guantes

Ella suspira. Semanas dudando, debatiéndose entre la rabia y la tristeza. Luchando entre las ganas de devolver el golpe y la necesidad de pasar de todo.

Siente como su espalda se vence un poco más por el peso de toda la mierda que le echan encima, como si ella fuera la culpable de todos los males que asolan el planeta.

Siente como la incredulidad de saberse juzgada de manera tan injusta y tan falsa le abofetea una vez más el rostro, como lleva haciéndolo hace semanas. Y sin oportunidad de replica. La hacen culpable y punto.

Ella, que siempre ha elevado la voz ante las injusticias, asiste como mera espectadora a su derribo. Sonríe al recordar la gente que la admiraba por su capacidad de lucha, de replica, de defender lo justo. De no tirar la toalla. ¿Que dirían ahora al verla así?

A ellos, a ella misma, les pide perdón en silencio mientras deja caer los guantes y el peso de su espalda aumenta. No va a luchar esta vez, está demasiado cansada. Por una vez dejará que el silencio sea su aliado. Y tal vez con el tiempo vea que es una victoria. Una victoria con regusto a derrota.

2 comentarios:

Belisker dijo...

Triste, un texto triste, que hace remover cosas dentro del corazon, del alma, de las entrañas.
Se me ha quedado clavado esa frase en al que se pide perdón, tremenda.
Es verdad que a veces es mejor callar, pero cuando callar sigfica para uno mismo derrota.... ¿verdaderamente es mejor?...

dsdmona dijo...

Hay que morir luchando, siempre pero hay veces cuando la carga es tan pesada que puede romper la espalda de uno hay qu erendirse, hay gente que nunca entenderá ni comprenderá unos motivos a los que no está abierta. Culpan a quien es más facil de culpar cuando deberían ser ellos mismos los que cargaran de la culpa, porque nadie está libre.
Dejando el peso pierdes pero solo momentanéamente, con el paso del tiempo te das cuenta que era necesario para continuar en pie, con vida y que quien no haya podido entender tus motivos, los motivos que han llevado a esa decisión, es que ya no merecía desde un buen principio estar allí.
La vida es demasiado corta como para andarse con tonterias y más con cosas que han demostrado no valer la pena.
Aunque si decide recoger los guantes y continuar luchando aunque sea contra una pared aquí una se ofrece voluntaria para llevar algo del peso...

D.