Ayer falleció Mario Benedetti
ya lo decía en uno de los poemas de su último libro donde se referia a la ausencia de su mujer:
Acontece la noche y estoy solo
cargo conmigo mismo a duras penas
al buen amor se lo llevó la muerte
y no sé para quién seguir viviendo
Ahora mismo no soy capaz de decir nada más, la pena es demasiado grande. Descansa en paz Mario, esa paz que tantas veces nos regalaste con tus palabras
lunes, 18 de mayo de 2009
jueves, 7 de mayo de 2009
Farol Cabo Da Roca
El pasado puente del uno de mayo hicimos la maleta y marchamos a Portugal. Belisker os pondrá pronto la crónica. Yo me voy a dedicar a lo que más me gustó del país vecino: sus faros, faroles que les llaman allí.
El Cabo Da Roca está situado en el punto más occidental de Europa continental (y de Portugal continental). Era conocido por los romanos como 'Promontorium Magnum' y durante la era de la navegación a vela como la Roca de Lisboa. Está situado en el distrito de Lisboa, 40 kilómetros al oeste de Lisboa y 18 kilómetros al oeste de Sintra en el Parque Natural de Sintra-Cascais. Un monolito de piedra recuerda sus coordenadas geograficas: Latitud norte: 38º 47', longitud oeste: 9º 30'.
En el mismo se nos cuenta como definió el poeta Luís de Camões a este impresionante lugar: “Donde la tierra acaba y el mar comienza” (en portugués: Onde a terra acaba e o mar começa).
Y estando allí, con el Atlántico a tus pies, no puedes menos que pensar que es cierto, que allí comienza el mar, y que al otro lado, tan cerca y tan lejos a la vez, es tierra americana. El acantilado se eleva 140 metros sobre el nivel del mar, dando cobijo una tienda turística total donde te venden entre otras cosas, un certificado de que has estado allí (sin comentarios...desde luego yo no lo compré), y por supuesto montones de recuerdos del lugar (bolis, faros, posavasos, manteles...) Eso si, todo carísimo, excesivamente caro, un robo en toda regla. En Azoia (a pocos kilometros del cabo) hay una tienda donde lo venden mucho más barato y con una simpatía que no puedo menos que destacar. (De esta tienda hablaré en otro post, lo merece)
Pero lo más atractivo de este Cabo, lo que nos llevo allí, fue su faro. No sé si sabes que los faros son mi pasión, siempre me han producido una atracción casi reverente. Es ver uno y sentir una emoción que no podría explicarte por más detalles que utilizara. Ya que no puedo vivir en uno me conformo con visitar los que puedo, con coleccionarlos; tenemos la casa repleta de replicas de todos los tamaños...El faro de Cabo da Roca, no podía ser de otra forma, me dejó con la boca abierta. Prefiero los faros anchos y bajos que los alargados y finos. No sé, me parecen más entrañables. Este faro ha sido restaurado hace poco, de hecho aún siguen en obras las pequeñas estancias que lo rodean y que espero de todo corazón que alberguen, en un futuro, un museo relacionado con los faros y la mar.
Desde que te acercas al faro por la carretera ya te seduce el rojo de su torreón, que forma un espectacular contraste con el azul del cielo (si vas de día, claro)
El fuste de los que me encantan: no muy alto y de color claro. Incitándote a apoyarte y escuchar todo lo que tiene que contarte de sus largas jornadas de vigía
Y la base blanca y roja, tranquilizadora. Con numerosas puertas que me quede con ganas de traspasar (ya hemos comentado que siguen en obras)
A los pies del faro los increíbles acantilados por donde la mar intenta escalar para acariciarle
El Farol do Cabo da Roca, recio, fuerte, impactante. Un faro donde con gusto me quedaría días y días… Tenemos que volver
(Fotos: Belisker y Uroboros)
el sueño se fragua...
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