jueves, 7 de mayo de 2009

Farol Cabo Da Roca


El pasado puente del uno de mayo hicimos la maleta y marchamos a Portugal. Belisker os pondrá pronto la crónica. Yo me voy a dedicar a lo que más me gustó del país vecino: sus faros, faroles que les llaman allí.


El Cabo Da Roca está situado en el punto más occidental de Europa continental (y de Portugal continental). Era conocido por los romanos como 'Promontorium Magnum' y durante la era de la navegación a vela como la Roca de Lisboa. Está situado en el distrito de Lisboa, 40 kilómetros al oeste de Lisboa y 18 kilómetros al oeste de Sintra en el Parque Natural de Sintra-Cascais. Un monolito de piedra recuerda sus coordenadas geograficas: Latitud norte: 38º 47', longitud oeste: 9º 30'.
En el mismo se nos cuenta como definió el poeta Luís de Camões a este impresionante lugar: “Donde la tierra acaba y el mar comienza” (en portugués: Onde a terra acaba e o mar começa).


Y estando allí, con el Atlántico a tus pies, no puedes menos que pensar que es cierto, que allí comienza el mar, y que al otro lado, tan cerca y tan lejos a la vez, es tierra americana. El acantilado se eleva 140 metros sobre el nivel del mar, dando cobijo una tienda turística total donde te venden entre otras cosas, un certificado de que has estado allí (sin comentarios...desde luego yo no lo compré), y por supuesto montones de recuerdos del lugar (bolis, faros, posavasos, manteles...) Eso si, todo carísimo, excesivamente caro, un robo en toda regla. En Azoia (a pocos kilometros del cabo) hay una tienda donde lo venden mucho más barato y con una simpatía que no puedo menos que destacar. (De esta tienda hablaré en otro post, lo merece)
Pero lo más atractivo de este Cabo, lo que nos llevo allí, fue su faro. No sé si sabes que los faros son mi pasión, siempre me han producido una atracción casi reverente. Es ver uno y sentir una emoción que no podría explicarte por más detalles que utilizara. Ya que no puedo vivir en uno me conformo con visitar los que puedo, con coleccionarlos; tenemos la casa repleta de replicas de todos los tamaños...El faro de Cabo da Roca, no podía ser de otra forma, me dejó con la boca abierta. Prefiero los faros anchos y bajos que los alargados y finos. No sé, me parecen más entrañables. Este faro ha sido restaurado hace poco, de hecho aún siguen en obras las pequeñas estancias que lo rodean y que espero de todo corazón que alberguen, en un futuro, un museo relacionado con los faros y la mar.

Desde que te acercas al faro por la carretera ya te seduce el rojo de su torreón, que forma un espectacular contraste con el azul del cielo (si vas de día, claro)


El fuste de los que me encantan: no muy alto y de color claro. Incitándote a apoyarte y escuchar todo lo que tiene que contarte de sus largas jornadas de vigía


Y la base blanca y roja, tranquilizadora. Con numerosas puertas que me quede con ganas de traspasar (ya hemos comentado que siguen en obras)


A los pies del faro los increíbles acantilados por donde la mar intenta escalar para acariciarle


El Farol do Cabo da Roca, recio, fuerte, impactante. Un faro donde con gusto me quedaría días y días… Tenemos que volver





(Fotos: Belisker y Uroboros)

4 comentarios:

Belisker dijo...

Efectivamente, impresionante, no tanto por el faro.... sino por el paisaje...me mata!!!! :), en serio, todo allí, en ese lugar que parece que no está en este mundo, impresiona.
Nos queda verlo de noche....debe ser otro espectáculo....A través de tus palabras, las imágenes cobran otro sentido.
Besos,

dsdmona dijo...

Ohhhhhhh... aisss que envidia más sana me has dado que lo sepas... me alegro de haber podido contribuir aunque en pequeño tamaño a aumentar tu colección preciosa por cierto de estas maravillas técnicas que guiaban a navegantes e intrépidos por mares recorriendo miles de kilómetros buscando ves a saber que...

D.

PD: Impaciente espero el otro post con la crónica o la tienda de faros

Tana dijo...

Una de las noches con más magia que pasé en mi niñez fue en el Faro de Mera. Por aquel entonces el tío de mi padre era su farero y vivía allí con su familia. Toda la noche el mar..., arrebujada en la cama con mi prima apenas era capaz de conciliar el sueño y a primera hora de la mañana... bajada a la playa. Hay cosas que afortunadamente nunca se olvidan. Yo también me acerco a los faros cuando tengo oportunidad ^^ Saludos! -También espero la crónica de la tienda de regalos, eh?;)-

Anónimo dijo...

Me encantan los foros, así que disfruté muchísimo con esta entrada. Un fuerte abrazo y espero poder encontrarme pronto con una luz que guíe mi caminar. Hasta pronto.