Ay Mario, con la falta que nos haces
Cuando la poesía (Mario Benedetti)
Cuando la poesía abre sus puertas
Poema inédito de la obra en marcha de título provisional: Biografía para encontrarme (Edit.Visor)
Y digo peculiar porque es de las pocas salas que se dedica a dejar un espacio para la música y la palabra en directo. En toda mi vida (más de taintamuchos......) únicamente fui una vez a este garito y fue hace tanto tiempo que ya no recuerdo qué hacía allí.
Como digo, gracias a esta buena amiga, supimos que ayer, 18 de abril se podía tener la oportunidad de degustar una copa a la vez que te deleitabas con la voz de un poeta cantándole al amor, a las ciudades, el desamor, la amargura y la felicidad. No soy mucho de poesía, más que nada porque no la entiendo, porque soy consciente de mis limitaciones culturales y de la ignoracia que respecto a este tema tengo, pero desde hace dos años, suena por casa cada dos por tres la voz y/o las palabras de un hombre que sabe llegar a los corazones, las almas y las entrañas, por muy brutas, como la mía, sean. Y este hombre es un granaino llamado Luis García Montero. No supe de su existencia, como digo, hasta hace más o menos dos años, incluso rebuscando un día entre mis libros descubrí que tenía uno de él!!!! ¿Y cómo llegó hasta la estantería?????... el caso es que fuimos, compramos las entradas y nos sentamos en nuestra mesa... A partir de las 10 de la noche el mundo cambió y la lluvia que nos había empapado hasta llegar al local dejó paso a un mar de ternura, de sensibilidad, de dulzura, de risas y de paz. La voz grave de Montero, acompañada en un interesante mano a mano con Sonia San Román (hasta ese día ni idea de quién era), junto a las canciones y versiones de Pancho Varona y Javier Asúa (ídem que con San Roman)
nos hicieron pasar dos horas que se hicieron minutos. Disfruté mucho, para mi sorpresa, a pesar de que la poesía y los cantautores no son mi devoción, pero estar allí, a oscuras oyendo aquellas frases que no sé porque llegaban con una facilidad pasmosa a lo más hondo, que eran un bálsamo, que te invitaban a dejarte llevar, a dejar el estrés y la tristeza en la puerta fue darme cuenta de que la vida está llena de oportunidades para hacerte más grande, más humana, más feliz.
Son ideas, tal vez, exageradas, pero para mi fue una gran experiencia. Nunca había pasado una noche así. Nunca concebí salir un sábado para escuchar poesía y música en un garito y la verdad... la experiencia mereció la pena.
El momento cumbre fue cuando Montero leyó el primer poema que yo escuché de él y uno de los preferidos de mi niña "Aunque tú no lo sepas"..... me hizo retroceder a una noche de hace dos años en la que mi vida cambió.
Aquí dejo el video que saqué del momento. Siento que no esté completo, pero aun así, merece la pena verlo y escucharlo. Después de que Montero terminara su poema los músicos versionaron esos mismos versos, que también quedaron grabados, en la cámara y en la mente.