viernes, 26 de junio de 2009

Thot, el rubiales

Ayer cumplió tres años Thot, uno de nuestros perros. Yo le debo tanto que no encuentro palabras, basta decir que mucha culpa de que yo este aquí hoy, es suya. Felicidades rubiales
Oh, sí, lo sé, buen "Sirio", cuando me miras con tus grandes ojos profundos.
Yo bajo a donde tú estás, o asciendo a donde tú estás
y en tu reino me mezclo contigo, buen "Sirio", buen perro mío, y me salvo contigo.
Aquí en tu reino de serenidad y silencio, donde la voz humana nunca se oye,
converso en el oscurecer y entro profundamente en tu mediodía.
Tú me has conducido a tu habitación, donde existe el tiempo que nunca se pone.
Un presente continuo preside nuestro diálogo, en el que el hablar es el tuyo tan sólo.
Yo callo y mudo te contemplo, y me yergo y te miro. Oh, cuán profundos ojos conocedores.
Pero no puedo decirte nada, aunque tú me comprendes... Oh, yo te escucho.
Allí oigo tu ronco decir y saber desde el mismo centro infinito de tu presente.
Tus largas orejas suavísimas, tu cuerpo de soberanía y de fuerza,
tu ruda pezuña peluda que toca la materia del mundo,
el arco de tu aparición y esos hondos ojos apaciguados
donde la Creación jamás irrumpió como una sorpresa.
Allí, en tu cueva, en tu averno donde todo es cenit, te entendí, aunque no pude hablarte.
Todo era fiesta en mi corazón, que saltaba en tu derredor, mientras tú eras tu mirar entendiéndome.
Desde mi sucederse y mi consumirse te veo, un instante parado a tu vera,
pretendiendo quedarme y reconocerme.
Pero yo pasé, transcurrí y tú, oh gran perro mío, persistes.
Residido en tu luz, inmóvil en tu seguridad, no pudiste más que entenderme.
Y yo salí de tu cueva y descendí a mi alvéolo viajador, y, al volver la cabeza, en la linde
vi, no sé, algo como unos ojos misericordes

Poema: A mi perro", de Vicente Aleixandre

2 comentarios:

dsdmona dijo...

Jajaja... y pensar que a mi no me gustan los perros... nadie lo hubiera dicho... es que es adorable

D.

Belisker dijo...

Chiquitín, no sabes lo que has hecho en tus tres añitos, ni superperro lo supera.
Eres como la cerveza San Miguel, donde vas, triunfas. ¿Cómo no lo ibas a hacer con esos ojos y ese andar chulesco que te das?
Incluso a la amiga D. embelesaste ja ja ja.
Un beso,