LA DAMA de Elche siempre a levantado pasiones, desde su descubrimiento en 1897 hasta nuestros días (sólo hace falta ver la que se montó en el diario digital de la provincia de Alicante cuando la directora del MAN dijo que LA DAMA no volvería a Elche). Estos comentarios, la mayoría desaforados y totalmente vacíos de lógica y contenido constructivo me hicieron recordar que hace tiempo me regalaron un libro, una novela sobre la época más brillante de nuestra historia y, personalmente, hacia la que tengo especial cariño y pasión: La cultura Ibera.
Esta novela la empecé a leer hace tiempo, creo que la día siguiente de recibirla, pero por unas cosas o por otras, la tuve que dejar. La retomé, desde el principio, otra vez y la tuve que abandonar de nuevo. Volví a la carga una tercera y, aunque tuve que comenzar desde la página 1, esta vez lo conseguí.
Tal vez sea por mi historia de “te dejo, te tomo”, que no le he sacado todo el jugo a cómo está estructurada, a cómo enfoca la presentación de los personajes, pues cada capítulo está dedicado a uno de ellos y a lo que le pasa, su evolución desde que eran niños hasta el final, ya adultos. Me ha costado seguir, en algún momento el hilo de los pensamientos que cada uno tiene, pero aparte de eso, creo que es una de las mejores novelas históricas. Evidentemente tiene alguna que otra licencia literaria en detrimento de la historia (normal, carallo, es una novela!!), pero está muy bien documentada, muy bien ambientada y no es difícil meterse en la piel de los íberos de antaño.
La primera vez que visité L´Alcudia (donde se encontró LA DAMA) y llegué hasta el lugar en el que, aquel 4 de agosto de hace más de 110 años, un chiquillo se topo con una “piedra vieja”, me senté lo más cerca que pude del lugar y lancé mis pensamientos al aire, verdad? ;). Pensaba en cómo serían aquellas manos duras y callosas (sin duda) que dieron el primer golpe de cincel a un bloque de piedra y con ello abrió la puerta a una de las esculturas más bellas que la mano del hombre pudo crear. Pensaba e imaginaba al escultor frente a su obra, trabajando, dando forma día a día, a todos los detalles de los ropajes, las diademas, los mantos, los ojos, labios, pómulos…. En qué pensaría, que pasaría por su mente, por su ánimo al ver el rostro que la piedra le dejaba ver poco a poco. Intenté imaginar el momento del último golpe, cuando el artesano se retiró ligeramente para admirar aquello que estaba en su banco de trabajo y, dándole un poco más de romanticismo a la escena, imaginé que una lágrima resbaló por su rostro, sudado y sucio de polvo de roca. También me dejé llevar al momento en que la figura, sin duda de gran importancia para las gentes del lugar que la vio nacer, fue ocultada, para que no cayera en manos enemigas que la pudieran mancillar, cómo la protegieron con la arena de playa y cómo se alejaron del lugar, sabiendo que estaba a salvo de manos impías…. Y cuando leí el libro, todos estos pensamientos de repente tuvieron forma, tuvieron vida, tuvieron personajes en los que sustentarse. Ya no eran meras fantasías mías. La autora había me había puesto en bandeja caras, rostros y sentimientos (o, por lo menos, cómo pudiera haber sido). Sólo una cosa eché en falta, bueno, en realidad dos: La rapidez con que describe el proceso en el que se fija sólo en lo más elemental de LA DAMA y su vestimenta, dejando, obviando u olvidando detalles pequeños, pero de gran importancia como la fíbula (broche que sujeta la ropa) que lleva LA DAMA o el uso del famoso hueco de su espalda. Ni una palabra sobre estas dos “cosillas” que me dejó un poco descolocada.
Esta novela la empecé a leer hace tiempo, creo que la día siguiente de recibirla, pero por unas cosas o por otras, la tuve que dejar. La retomé, desde el principio, otra vez y la tuve que abandonar de nuevo. Volví a la carga una tercera y, aunque tuve que comenzar desde la página 1, esta vez lo conseguí.
Tal vez sea por mi historia de “te dejo, te tomo”, que no le he sacado todo el jugo a cómo está estructurada, a cómo enfoca la presentación de los personajes, pues cada capítulo está dedicado a uno de ellos y a lo que le pasa, su evolución desde que eran niños hasta el final, ya adultos. Me ha costado seguir, en algún momento el hilo de los pensamientos que cada uno tiene, pero aparte de eso, creo que es una de las mejores novelas históricas. Evidentemente tiene alguna que otra licencia literaria en detrimento de la historia (normal, carallo, es una novela!!), pero está muy bien documentada, muy bien ambientada y no es difícil meterse en la piel de los íberos de antaño.
La primera vez que visité L´Alcudia (donde se encontró LA DAMA) y llegué hasta el lugar en el que, aquel 4 de agosto de hace más de 110 años, un chiquillo se topo con una “piedra vieja”, me senté lo más cerca que pude del lugar y lancé mis pensamientos al aire, verdad? ;). Pensaba en cómo serían aquellas manos duras y callosas (sin duda) que dieron el primer golpe de cincel a un bloque de piedra y con ello abrió la puerta a una de las esculturas más bellas que la mano del hombre pudo crear. Pensaba e imaginaba al escultor frente a su obra, trabajando, dando forma día a día, a todos los detalles de los ropajes, las diademas, los mantos, los ojos, labios, pómulos…. En qué pensaría, que pasaría por su mente, por su ánimo al ver el rostro que la piedra le dejaba ver poco a poco. Intenté imaginar el momento del último golpe, cuando el artesano se retiró ligeramente para admirar aquello que estaba en su banco de trabajo y, dándole un poco más de romanticismo a la escena, imaginé que una lágrima resbaló por su rostro, sudado y sucio de polvo de roca. También me dejé llevar al momento en que la figura, sin duda de gran importancia para las gentes del lugar que la vio nacer, fue ocultada, para que no cayera en manos enemigas que la pudieran mancillar, cómo la protegieron con la arena de playa y cómo se alejaron del lugar, sabiendo que estaba a salvo de manos impías…. Y cuando leí el libro, todos estos pensamientos de repente tuvieron forma, tuvieron vida, tuvieron personajes en los que sustentarse. Ya no eran meras fantasías mías. La autora había me había puesto en bandeja caras, rostros y sentimientos (o, por lo menos, cómo pudiera haber sido). Sólo una cosa eché en falta, bueno, en realidad dos: La rapidez con que describe el proceso en el que se fija sólo en lo más elemental de LA DAMA y su vestimenta, dejando, obviando u olvidando detalles pequeños, pero de gran importancia como la fíbula (broche que sujeta la ropa) que lleva LA DAMA o el uso del famoso hueco de su espalda. Ni una palabra sobre estas dos “cosillas” que me dejó un poco descolocada.
Uno de los mejores momentos para mi es cuando describe la actividad del maestro artesano cuando está acabando lo que hoy conocemos como la Dama de Baza....
El final es inesperado, personalmente, pero a pesar de lo dramático de la situación, muy tierno y dulce. El título puede confundir.... o realmente no?......
El final es inesperado, personalmente, pero a pesar de lo dramático de la situación, muy tierno y dulce. El título puede confundir.... o realmente no?......
Recomendarlo: Si gustas de la novela histórica, leelo, pero del tirón, no es un libro que puedas dejar un par de días sobre la mesa porque te pierdes. Al menos a mi me pasó. No hay que tomarlo al pie de la letra pues es novela no historia, pero hace que pique la curiosidad por saber más de aquellos íberos que poblaron nuestra piel de toro mucho antes de nosotros. Y lo mejor, el espíritu de LA DAMA siempre flota en el aire.....
2 comentarios:
Apuntado queda... no si a este paso voy a tener que pasar la lista de pendientes al ordenador para no olvidarme, jajaja
D.
Yo he leído trocitos…habrá que ponerse y leerlo de tirón. Si así conseguimos imaginar un poco mejor aquella época…bienvenido sea¡¡¡ Así que pásalo que ahora me toca leerlo a mi :). Vamos a ver que nos cuenta de LA DAMA
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