lunes, 23 de junio de 2008

Cuéntame tus sueños

Como si fuera tan fácil, pienso con una sonrisa interna. Plasmar, dejar caer los sueños propios en un papel, en estas teclas, que a cada letra que marco parecen reírse de mi, sabedoras de que nunca lo conseguiré. Y no porque no quiera compartirlo contigo, no pienses eso. Al contrario, siempre he pensado que todo lo que esta vida nos ofrece, tanto bueno como malo, tanto interno como externo nos es regalado para eso, para compartirlo. Las cosas, los sentimientos, todo empieza a cobrar valor cuando es compartidoPero ¿que podría contarte de mis sueños? Te mentiría si te dijera que no los tengo. Así mismo me aterra pensar que en este vasto y amplio mundo exista alguien que no tenga sueños en los que refugiarse, en los que protegerse. Sueños, en los cuales encontrar las fuerzas necesarias para seguir mirando al futuro con algo de esperanza que entibie el alma. No, no puedo decirte sueño con esto, o con aquello. No puedo escribirte emocionada que sueño con eso, y que ese algo me pone luz en lo más interno de los ojos, allí donde se esconde el todo. Ahora mismo, ya ves tú, me conformaría con poder mantener, ¿no será mejor decir conseguir? la capacidad de seguir soñando, la capacidad de seguir emocionándome porque así es como empiezan los sueños, con una emoción. Porque en tiempos como estos que vivimos, una tiene ese tipo de sueños que implican a toda la humanidad. Y una se ve con las manos atadas. Una se ve incapaz de hacer como siempre, correr con las manos abiertas tras ellos. Porque estos sueños necesitan mil manos, mil miradas cómplices y eso tristemente hoy parece imposible. Por eso, hoy, me conformaría con seguir teniendo fuerzas para soñar. Porque este mundo se nos esta resquebrajando y algunos están empeñados en robarnos los sueños a base de bombas, planes antidemocráticos, y vana palabrería. Menos mal que aún encuentras gentes con las manos y miradas limpias. Gentes que te reconfortan con el mundo. Gentes que te brindan sus sueños y te ponen delante su mano y una escalera de 168 peldaños. O más, los justos para que alcances tus sueños

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